jueves, 21 de junio de 2007

Velorios - parte 1

Como ya les he contado anteriormente, a mi siempre me pasan cosas curiosas, creo que no seria yo si no me pasaran. Pero les había dicho que también me suceden en los velorios??

Yo nunca se bien lo que debo decir o hacer en un velorio. Es que simplemente no me nace decir: “mi más sentido pésame” o “cuanto lo siento”. Es por eso que sólo atino a saludar a la persona y darle un fuerte abrazo y quizás debido a ese nerviosismo que me genera no saber como actuar, es que me suceden todo tipo de ocurrencias.

He aquí un par de ellas:

1. Velorio de mi tía abuela. Nos habían dicho a todos los sobrinos nietos que cuando sacaran el ataúd para llevarlo al cementerio camináramos todos delante de él llevando cada uno un arreglo de flores. Todos recontra obedientes tomamos un arreglo de flores cada uno y nos pusimos en filita delante del ataúd y empezamos a caminar. El problema es que los arreglos eran grandes y no nos dejaban ver mucho, encima el día anterior había llovido por lo que la calle estaba aún mojada….fue entonces cuando no ví que había un desnivel en la vereda y al tropezar, pisé un charco, el cual me hizo resbalar y por salvar el bendito arreglo, cai sentada en la vereda (pero las flores quedaron intactas). Todos mis primos se rieron y mis tías corrieron a levantarme mientras decían “hijita ten mas cuidado” (Osea, como si lo hubiese hecho a propósito….encima más roche del que ya tenia!! Gracias tías queridas!). Yo, recontra Sony (Osea, 100% actitud….preste atención a la jerga querido lector) me levanté y con arreglo de flores en mano (y fingiendo no tener dolor alguno) seguí caminando.
2. Velorio de la abuelita de una amiga. Bueno, en realidad esta anécdota fue en el entierro y no en el velorio. Tenia 13 años y era la primera vez que iba a un entierro así que quedé con otra amiga para ir juntas, pero como no sabíamos mucho del tema (mucho menos sobre la vestimenta adecuada), fuimos bien regias las dos en vestido negro, con todo y pantys y zapatos de taco No.5 (Ahora, tampoco se alucinen una vestimenta de quinceañero, nunca tan desubicadas. En esa época estaban de moda unos vestiditos cortos de algodón, así medios informales). El lugar del entierro? Pues el Parque del Recuerdo en Pachacamac. El clima? Un sol esplendoroso y un calor de la #%&$/”%&. Que fue lo que sucedió? Pues que la reinita que escribe no tuvo tiempo de tomar desayuno antes de salir y el estar bajo el sol incandescente con todo su atuendo negro por más de dos horas hizo que se me bajara la presión y empecé a ver lucesitas verdes hasta que………PLOP!!! Perdí el equilibrio y me caí de espaldas en pleno jardín!! A todo esto, mi querida amiga que estuvo a mi lado todo el tiempo, me dijo después que ella no hizo nada por que pensaba que yo estaba retrocediendo por que había una abeja (¿? Amiga, igual te sigo queriendo!). Una vez más la gente corrió a socorrerme y asegurarse de que estaba bien. Lo gracioso es que a medida que iba recobrando el sentido, escuchaba que la gente hablaba “Se ha desmayado” “Si, una chica se ha caído de espaldas” entre otras frases y yo pensaba “Pucha que roche, quien se habrá desmayado”….cuando de pronto terminé de recobrar el sentido y la vista y que fue lo primero que vi?? Pues mis piecitos y ahí me di cuenta que la que estaba sentada en el jardín era yo y solo pude decir en mi mente: “Maldita sea, soy yo!”.

1 comentario:

Ismael dijo...

hmm... yo no tengo vela en este entierro. No se me ocurre algún otro comentario. =/